lunes, 25 de agosto de 2014

Frágiles.

Es increíble lo frágiles que podemos llegar a ser las personas. Tanto como un cristal, incluso como una muñeca de porcelana. Esas a las que tienes que tratar con tantísimo cuidado porque sabes que puede romperse, que puedes estropearla si no tomas las medidas necesarias. Y claro que, como todo, una vez rota puede arreglarse si le dedicas cierto tiempo y atención... pero ¿realmente vuelve a ser igual?
Lo mismo ocurre con las personas. A veces aparece gente en sus vidas que en vez de ir con paciencia y cariño lo único que saben hacer es menospreciarle y no darle el valor que puede darle otra persona. Les rompen, por completo.
Cada vez esos pedazos son más y más pequeños, más difíciles de unir, y por lo tanto necesitarán muchísimo más tiempo para recomponer cada trozo. Tiempo que deberá tomar esa persona que aparezca después, capaz de valorarlos e impidir que eso continúe avanzando. Una persona que te valora, te cuida, te aprecia.. y sobretodo te recompone. Una persona que, aunque resulte difícil de creer que exista en esta sociedad, es diferente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario