viernes, 4 de julio de 2014

Continuamos.

Mirar a la nada y que se te caiga una lágrima. Nada de sollozos ni suspiros, una simple lágrima. Sentir que todo a cambiado y preguntarte a ti misma si realmente tienes la culpa de ello... cuando no es así. Pero es inevitable el vacío, el replantearte qué mereces y qué necesitas... cuando realmente todo lo que necesitaba eras tú. Tú, joder. Que me lo dabas todo con un simple abrazo, y no voy a negarte que los echo de menos. Que no son lo mismo cuando sé que se los das a otra que no los valora ni la mitad que yo. Ni tampoco voy a negarte que me siento una estúpida llorando medio borracha a la vez que escribo todo esto. La de tiempo que hacía que no escribía y ahora solo tengo la necesidad de ello.
Me recome la cabeza el hecho de ser la 2a o 3a vez que decido seguir con esto. ¿Hasta cuando? Te juro que a veces dudo de ser la que era...
No sé que creer, ni a quién. Tengo miedo a toda confianza. Estoy harta de tener delante siempre a un mismo tio con diferente apariencia, y no entiendo como cojones lo hago. He pensado mil veces que eso de "aceptamos el amor que creemos merecer" es tal cual mi vida. Recibo una mierda porque me valoro como una mierda, cuando realmente no debo.
El día que tenga los suficientes ovarios de encararme a la vida y valorarme, empezarán a valorarme los demás.

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