viernes, 11 de julio de 2014

Hurt.

Sentir pinchazos en el pecho es la forma en que el cuerpo exterioriza el dolor que no quieres admitir que tienes. Te avisa de que no todo va tan bien como crees, de que te ciegas. De que no eres tan fuerte como creías que eras y que necesitas sacar algo que te sobra, como ese típico nudo en la garganta o presión. Pero cuando los pinchazos son capaces de atravesarte de tal manera que sientes ese mismo dolor hasta la espalda, es que algo va muy mal. Y sí, algo tiene que estar yendo muy muy mal aquí dentro.

jueves, 10 de julio de 2014

C'est fini. X

Y después de estar en shock llega el darle vueltas a todo...

¿Qué? Espera, repiteme eso de que no quieres estar con una chica que se vaya a pillar de ti. Ah, cierto, no puedes decirlo... estás haciendo justamente lo contrario de lo que llevas 7 meses diciéndome. ¿Que el roce hace el cariño? Claro que sí, y yo me autoconvencía de que no podía sentir nada, que era lo mejor en estos casos. Y cuando menos me lo espero aparece otra que se pasa tus palabras por el mismísimo, siente, y consigue eso por lo que yo llevo tanto luchando. Te consigue a ti. Pero claro, tú no querías estar con alguien que se pillase de ti, qué tonta.
El siguiente punto del día es el sexo. La que fácil se abre es una guarra, y con eso ya lo he dicho todo. Entiendo tu lugar y las circunstancias por las cuales hemos pasado, entiendo que ella ha aparecido en el puto momento idóneo, cuando yo no podía aparecer. Lo entiendo todo, pero me jode, y eso también tienes que entenderlo tú.
Ya que estamos voy a sacar mi debilidad y no hablo de ti. Mi debilidad es que no me quiero, me valoro menos de lo que debo y tengo la autoestima por los suelos. ¿Con eso que quiero decir? Que si de una forma u otra tú estás con ella, viendo como es, mi autoestima pasa de estar en el suelo al subsuelo. Ahora me quiero aún menos, y me valoro aún menos.  Solo por el hecho de que tú has dejado de hacerlo de la forma que lo hacías antes, no puedo evitarlo. Claro que sé que continúas valorándome, que tu opinión sobre mí es muy buena y te lo agradezco, pero soy así. Y es muy jodido ese tema, porque para hablar de ello tendría que remontarme a cuando era pequeña y prefiero dejarlo.
En fin, continúo.

Sé que me aprecias, me valoras como persona y te importo, sé que ves en mi cosas muy buenas que pocas personas habían conseguido sacarme o hacerme ver, así que ya que estamos, te lo agradezco una vez más por si hoy no han sido suficientes.
La sinceridad que hemos tenido este tiempo ha sido increíble, de la confianza puedo decir más de lo mismo, da gusto. Eres una persona a la que he conseguido conocer en todos los aspectos y que ha sido transparente conmigo, qué menos que serlo yo también. Por esto también te doy las gracias de nuevo.
A mí lo que me digan los demás me entra por un oído y me sale por el otro. Tanto tú como yo sabemos lo que ha pasado en cada momento y nadie más puede. Es así.
Y joder, claro que es un alivio saber que después de todo te tengo. Saber que si necesito cualquier cosa puedo contar contigo igual que harás tú. Porque eso es lo bueno, que nos hemos unido de manera que podemos hablar de todo y conseguir relajarnos mutuamente. Y por eso mismo nos necesitamos de alguna forma.

No voy a negarte que voy a echar de menos cada momento, el estar tan involucrada en tu círculo, y por encima de todo... a ti. Claro que no, sería estúpido. De hecho, como es normal, aún no me he hecho a la idea, a lo único que tengo miedo es a eso. No quiero derrumbarme cuando me de cuenta de lo que ha sucedido, cuando me de cuenta de que ella me ha sustituido por completo, vaya. Admitirlo será una mierda. Sobretodo cuando sé que no te merece... y que si hubiese dado aún más de mí quizás las cosas no habrían salido como han salido. Peeeeero es lo que hay. No todo puede salir como nosotros queremos. Y demasiado bonitos han sido estos meses como para tirarlos por la borda. No sería propio de mí.

Va a ser difícil, supongo, pero estoy mejor de lo que esperaba, así que simplemente gracias.
Te quiero, dicho desde la parte inocente.

All of me como banda sonora de cada recuerdo nuestro que me quedo.

viernes, 4 de julio de 2014

Continuamos.

Mirar a la nada y que se te caiga una lágrima. Nada de sollozos ni suspiros, una simple lágrima. Sentir que todo a cambiado y preguntarte a ti misma si realmente tienes la culpa de ello... cuando no es así. Pero es inevitable el vacío, el replantearte qué mereces y qué necesitas... cuando realmente todo lo que necesitaba eras tú. Tú, joder. Que me lo dabas todo con un simple abrazo, y no voy a negarte que los echo de menos. Que no son lo mismo cuando sé que se los das a otra que no los valora ni la mitad que yo. Ni tampoco voy a negarte que me siento una estúpida llorando medio borracha a la vez que escribo todo esto. La de tiempo que hacía que no escribía y ahora solo tengo la necesidad de ello.
Me recome la cabeza el hecho de ser la 2a o 3a vez que decido seguir con esto. ¿Hasta cuando? Te juro que a veces dudo de ser la que era...
No sé que creer, ni a quién. Tengo miedo a toda confianza. Estoy harta de tener delante siempre a un mismo tio con diferente apariencia, y no entiendo como cojones lo hago. He pensado mil veces que eso de "aceptamos el amor que creemos merecer" es tal cual mi vida. Recibo una mierda porque me valoro como una mierda, cuando realmente no debo.
El día que tenga los suficientes ovarios de encararme a la vida y valorarme, empezarán a valorarme los demás.

martes, 1 de julio de 2014

Bucle.

Se me cae el mundo cada vez que te pienso, porque se me hace extraño no tenerte tanto conmigo y te extraño. Que el dolor que aparece al alejarme es peor que el que siento al intentar estabilizarme, y por eso continúo. Supongo que al final una acaba siendo inmune al dolor después de tantos años, algo bueno he sacado de tantos daños, y es la coraza que me permite avanzar, que me permite seguir sin que duela tanto como podría doler.
Ya me dirás tú de donde saco yo fuerzas para seguir con todo esto, 6 meses, sinceramente no lo entiendo, ni a ti, pero es a lo que me he acostumbrado. Me he acostumbrado demasiado bien a lo que tenemos, aunque a veces me entren ganas de mandarlo todo a la mierda.
Pero supongo que es como todo ¿no? El miedo a arriesgar, el mismo miedo a perder lo que quieres. Sentir que pierdes algo es sentir que te pierdes a ti mismo, hasta el punto en que ya no eres capaz de encontrarte, no te reconoces, te miras al espejo y dices: ¿De qué sirve?
Y seguidamente te planteas mandarlo todo a la mierda. Hasta que vuelves a verle, le miras, te besa, y dices: De esto sirve.
Y todo vuelve a ser un bucle. Un bucle inestable de una felicidad insegura que no termina.