miércoles, 1 de mayo de 2013

¿Cómo te va?

No paro de escribirte, el verano está cerca pero para mí continúa siendo invierno desde que te fuiste. Sigo echándote de menos ¿sabes? todo sigue tan extraño... no consigo tener orden aquí dentro, y lo peor es que me haces falta. Vaya donde vaya siempre hay algo que me recuerda a ti, supongo que a ti eso no te pasa... Nuestras fotos son solo una captura de los millones de segundos juntos, y de mientras, tu voz rueda por mi cabeza cada noche. Te extraño como cuando el mar no siente el reflejo de la luna, como cuando la lluvia no escucha el sonido de sus gotas al caer, como la risa que no aparece en una sonrisa vacía... en mi sonrisa. Llegaste a ser el único punto en que agarrarme por mucho que todo lo demás fuese mal, donde parecía haber estabilidad.
Tengo cada una de nuestras promesas tatuadas en el alma, ¿a caso vamos a cumplirlas? veo que no aparezco a penas por tu cabeza, y yo aquí, que por mucho que lo intente no puedo dejar de pensarte. Venecia nos espera pero llegamos tarde... ¿o es que ni siquiera iremos? tu ausencia me está torturando, no estaría mal que volvieses si te digo la verdad. Supongo que vuelve a ser lo de siempre... que nadie ha conseguido llenar lo que dejaste...
Creo que no me equivoco al decir que ninguno sabemos con exactitud lo que hiciste en mí para que yo ahora esté así... Ojalá hubiese hecho yo lo mismo en ti, seguro que de esa forma estaríamos juntos ¿no? El tiempo pasa en vano, nada cambia, todo sigue igual...
¿Qué deben sentir las personas que no tienen ilusiones? Dolor, añoranza, ganas de desaparecer. Perdí las ilusiones cuando te fuiste, quizás se quedaron en tus labios en nuestro último beso... ya sabes, cuídalas, lo único que quisieron fue mantener esa sonrisa nerviosa que se te escapaba al verme (esa que aunque no lo sepas, sigue apareciendo).
Qué raro se ve todo cuando no hay ilusiones... a veces las echo de menos, pero solo a veces. Hay personas que han querido reconstruirme, cuidándome como pocas veces; pero por no tener esas dichosas ilusiones y tenerte a ti aquí anclado, no he podido avanzar... Ha sido un 'no' tras otro 'no', y lo que más me mata es que a ti nunca podría decirte esa palabra...
A veces me apetece hablarte hasta las tantas, otras necesito llamarte para escucharte, pero me conformaría con preguntarte: ¿Cómo te va? ¿Te acuerdas de mí y de lo que vivimos en aquel par de meses?
"Qué bonito era todo cuando éramos felices"... Te sigo queriendo.

Enséñame a olvidarte si es que puedes...